El Museo de Arte Contemporáneo de La Boca y Fundación Tres Pinos se complacen en presentar “El Atajo. Un desplazamiento del autor”, exposición del artista argentino José Luis Landet. Curadora Sandra Juárez.
El atajo presenta un camino corto hacia el repertorio de ideas que nutren las obras del artista sobre el desplazamiento del autor y sus preguntas sobre quién produce los objetos culturales, quién los distribuye y quién los consume.
El método Landet se despliega en múltiples acciones de recolección de imágenes, selección, clasificación y archivo. Escribe, hace bocetos y puebla numerosas bitácoras. La metodología se asemeja a la arqueología procesual y dirige su investigación a encontrar vestigios culturales a los que denomina ruinas civilizatorias y es a partir de estos materiales que realiza una apropiación radical y poética de las imágenes, sean estas pinturas o piezas gráficas. Toma firmas, retratos, textos y fotos, recorta, pinta y sumerge en
pintura.
Es a través de una particular y cuidadosa estratigrafía que con capas y estratos matéricos construye con imágenes su propia cosmogonía en la búsqueda de la esencia a partir de un horizonte propio.
Conjuga acciones que son al mismo tiempo búsqueda, rescate y deseo de justicia y quizás sea por una necesidad antropológica de pensar en la utopía que se convierte en un
militante de la imagen.
Crea personajes en relatos que nos hacen dudar si son sus descripciones factuales o ficticias y elabora una novela de narrativas visuales con un argumento convincente.
Se interroga acerca de cómo puede una pintura reverberar el resto de las cosas y una imagen argumentar y ser tan explícita de su entorno? Es el atajo que propone el que nos
separa del camino predeterminado y seguro para aventurarnos en un trayecto abreviado donde la sorpresa nos revela que no poseemos el control.
Landet apela a la memoria y vale la pena advertir que “recordar¨ proviene del término corazón y que los recuerdos suelen pasan por el estuario del corazón, como lo señalan
los poetas.
Las tareas del artista parecen no tener fin y en la aliteración de las imágenes sus obras ponen en evidencia capas superpuestas que construyen sentido, y el sentido no es más que un fulgor, un rasguño de luz.
Las obras son como un hojaldre al que se invita a saborear y se aguarda expectante la apreciación de los convidados.
Sandra Juárez.
Curadora.
